Cuando alguien se introduce en el mundo del Marketing Digital, rápidamente empieza a oír referencias hacia el amor por la marca. Los profesionales de este sector ya nos hemos dado cuenta que para llegar al usuario debemos hacerle sentir, enamorarlo y llegar a su corazón para poder ganarnos su confianza. Pero, lo que hoy queremos contaros, es que no hay que confundir amor con atracción. Es verdad que son dos conceptos que están muy ligados entre ellos, pero no son para nada lo mismo.
La principal diferencia.
Desde nuestro punto de vista, la principal diferencia entre la atracción y el amor por la marca se basa en que la atracción se puede generar rápidamente a través de un impacto o un estímulo. Por el contrario, el amor por la marca, requiere de atención, personalidad, empatía, responsabilidad y confianza. Ambos conceptos son de suma importancia para el desarrollo de una marca. No hay que olvidar que la atracción es un pilar básico en las relaciones sociales, de hecho, el amor se basa en la atracción, pero otros muchos sentimientos pueden basarse en la atracción. De esta manera podríamos decir, que no puede existir amor sin atracción pero si atracción sin amor.
Pero, ¿En qué casos hablamos de atracción por la marca?
Toda acción de Marketing que busque un resultado rápido y/o directo se podría definir como un intento de atracción. No debemos olvidar que un diseño web impactante, un logo original o un eslogan acertado son también armas de atracción, como también lo serian ofertas y promociones. Cualquier elemento que pueda generar un impacto o un estímulo rápido en las personas será un elemento de atracción. Cabe destacar la importancia de todo esto, ya que nunca podremos conseguir nada de nuestro público objetivo si no lo atraemos primero.
Y entonces, ¿Qué es el amor por la marca?
El amor por la marca tiene lugar tras la atracción. Una vez hemos conseguido que alguien se acerque a nuestra marca atraído por cualquiera de nuestras estrategias de atracción, entonces es cuando debemos enamorarlo. Esto requiere de mucho más que una oferta o un diseño impactante, se trata de entablar conversaciones y de demostrar valores de forma sincera. Nuestros usuarios deben sentirse únicos, cuidados y sobretodo queridos. Para generar este amor por la marca, deberemos apoyarnos sobre estos cuatro puntos.
Mantener la atracción
La atracción es efímera, se esfuma igual de rápido que aparece y es por eso que debemos esforzarnos en mantener un nivel de atracción alto y lo más estable posible. Para ello sorprende a tus usuarios siempre que puedas y sobretodo se creativo.
Generar confianza
Una relación de amor no va a funcionar sin la confianza y para ello es vital ser transparente y sincero. Ya sea a través de las redes sociales o cualquier otro canal, mantén una comunicación fluida, respetuosa y sincera hacia las personas que forman tu comunidad.
Aportar valor
Si quieres enamorar vas a tener que aportar y no ser egoísta. Para que una persona se sienta querida por la marca, debes aprender a aportarle lo que quiere y lo que incluso aún no sabe que quiere. Crea acciones y contenidos personalizados y de calidad y establece un trato preferente para aquellos usuarios que llevan más tiempo contigo.
Ser paciente
A diferencia de la atracción, el amor no se genera en un día ni en dos. Los usuarios pueden ser difíciles, y por eso deberemos ser pacientes y aprender a no caer en atajos poco éticos. Mantén la personalidad y los valores de tu marca y no olvides armarte de paciencia y asertividad.
Conclusión
Con una buena estética, unas buenas promociones, ofertas y llamadas a la acción, así como una buena estrategia publicitaria, estaremos generando la atracción necesaria para que nuestro negocio o proyecto pueda funcionar. Pero si conseguimos mantener esa atracción y, además, generar confianza y aportar valor a nuestros usuarios, entonces los estaremos enamorando y eso creará un vínculo mucho más duradero. Haz que tus usuarios formen parte de tu marca. Si los cuidas, los quieres y tienes paciencia con ellos, serás correspondido.